La remake del clásico de 1977 de Disney se estrena el 1 de septiembre en Uruguay y el 8 de septiembre en Chile.
Si existe una receta para hacer una muy buena película familiar, seguramente los creadores de “Mi amigo el dragón” (“Pete´s dragon”) la cumplieron al pie de la letra. Remake de la película de Disney de 1977, esta nueva versión protagonizada por Bryce Dallas Howard y Robert Redford tiene todos los ingredientes para encantar a todo tipo de público.
La película empieza y los espectadores familiarizados no dudarán de que se trata de una cinta de Disney: una familia en un auto sufre un trágico accidente y el integrante más pequeño queda huérfano. No estamos spoileando, simplemente estamos contando el mismísimo comienzo de un film que sí habla de la pérdida pero como puntapié inicial para dar rienda suelta a todo lo que viene después: una película de aventuras, de iniciación, de aprendizaje y, en este caso, de empatía con la naturaleza.
El pequeño Oakes Fegley es Pete, un niño que súbitamente queda solo en medio de un bosque y se encuentra con un ser sobrenatural: un dragón al que, inspirándose en su libro de cabecera, bautizará Elliot. Un poco como Tarzán, el niño crecerá entre animales y árboles al amparo y cuidado de su nuevo amigo durante 6 años. El entorno y el vínculo son ideales hasta que aparecen en escena otros humanos que reaccionan de distinta manera frente a la presencia de Elliot. Uno de los personajes más importantes de este grupo es la Guardabosques Grace (Dallas Howard), la encargada de integrar, con distintos resultados, a Pete nuevamente a una vida “normal”.
Howard, hija del reconocido director Ron Howard y actriz de “Crepúsculo” y “Mundo Jurásico”, comentó para el estreno de la película hace unos días en México que había visto la versión anterior de Disney pero que “a diferencia de “Mi amigo el dragón” de 1977 – que era un musical con un personaje dibujado al lado de los actores- nuestra versión es más dramática y habla sobre nuestra relación con la naturaleza y sobre la importancia que padres e hijos se escuchen sin importar la generación.” (1)
Efectivamente, el vínculo con la naturaleza, específicamente con el bosque, es un elemento fundamental en todo el film. En primer lugar a Pete y su amigo Elliot se los ve disfrutar entre arbustos y árboles. En segundo lugar, tanto el personaje de Grace como de Meacham, el papá de Grace (Robert Redford), se refieren explícitamente al gozo que para ellos significa ir de excursión al bosque y a la montaña, habitar ese espacio e interactuar con los seres que allí viven. Incluso con el mismo Elliot.
Si bien Elliot fue creado por animación computarizada (CGI), el resto de las locaciones de la película son reales. De hecho, gran parte de la película se rodó en la zona de Kiwi, en Nueva Zelanda, por intermedio de NZ Film y New Zealand Film Commission. Esto también marca una diferencia con la versión anterior que transcurría en una villa de pescadores.
Elliot es una parte fundamental de la trama: cumple el rol del “monstruo” bueno que termina demostrando sentimientos más humanos que los propios humanos. Representa para el niño la figura del otro, de lo extraño, de la aceptación de las diferencias. Elliot es tan bondadoso que en vez de exhalar fuego, exhala agua. Y es tan tierno que cuando se siente bien, a gusto, muta en un cálido color verde. Elliot es también una especie de mascota para Pete y el vínculo entre ellos es de una ternura que traspasa la pantalla aún cuando Elliot sea una animación. De hecho, los realizadores han confesado que para recrear a Elliot tomaron como modelo distintos animales como osos y felinos.
Los pequeños actores Fegley y Lawrence (que interpreta a Natalie, una amiga de Pete que no está en la versión de 1977) tuvieron que trabajar mucho con su imaginación para interactuar con un Dragón que no está en escena y por el que deben sufrir y/o alegrarse. En algunas partes del rodaje, para poder sincronizar la luz y el foco, debían mirar a una pelota de tenis. Pero cuando se trata de acariciar a Elliot, solo acarician el aire.
Fegley fue elegido entre cientos de niños para interpretar a Pete. La encargada del casting, fue la Directora de casting Debra Zane, conocida por sus trabajos en “Belleza Americana” y “Los juegos del Hambre”. Lawrence era más conocida por haber interpretado a “Matilda” en la obra homónima de Broadway.
Si bien los niños están rodeados de grandes actores, son ellos los que llevan adelante la acción la mayor parte del film. En este punto, es una auténtica película para chicos y contada desde su punto de vista. La mayor parte del tiempo los adultos y sus acciones son mostradas como con cierta distancia. El mundo infantil y el mundo adulto no son iguales y la película, a diferencia de otras del estilo donde hay diferencias etarias pero no actitudinales, remarca esas diferencias: los niños aprenden y escuchan a los adultos, y su cosmovisión, y viceversa.
El film tiene todos los ingredientes de una muy buena película para niños: una dosis equilibrada de acción (sin una sobrecarga de violencia en el medio), diálogos verosímiles donde los personajes exteriorizan sus sentimientos o pensamientos, la presencia de un ser sobrenatural entrañable, adultos malos que terminan modificando su mirada sobre las cosas por la presencia del ser “raro” y un buen uso, no abuso, de la tecnología y los efectos especiales. En un buen sentido, “Mi amigo el dragón” parece más una película de los ochenta que del siglo XXI.
Además, y como todo cuento infantil, tiene una moraleja: la de que hay que querer, respetar y admirar al bosque y los seres que allí habitan. Y la virtud de despertar deseos de salir de paseo, a la aventura, en familia o con amigos, a algún entorno natural. A esta cronista le pasó que después de ver el film le dio ganas de agarrar una mochila para salir de excursión.
“Mi amigo el dragón” se estrena el jueves 1 de septiembre en Uruguay y el 8 de septiembre en Chile.
Nota: Declaración extraída del diario El Universal de México del 9 de agosto de 2016.