Con el estreno de Sin Hijos, Peretti tendría su mayor éxito de su carrera en las boleterías.
En Argentina, una de las cosas que más motiva al público a entrar en una sala de cine es el nombre del actor protagonista. El cine en nuestro país es uno que suele depender del star system. Muchas veces la popularidad de un actor no se condice con la que puede llegar a gozar en otros países. Jack Nicholson, Al Pacino, Meryl Streep, son muy populares entre el target adulto y femenino, y sus filmes pueden ser enormes éxitos en Argentina, pese a haber pasados desapercibidos en Estados Unidos.
Lo mismo sucede con la fauna local de actores. Hoy, una película argentina depende de la televisión para acceder a las mieles del éxito, por supuesto. Pero eso solo no garantiza nada, y el hecho de contar con un actor a la vez popular y respetado suele ser el otro elemento que permite que una película argentina tenga butacas ocupadas en los cines a lo largo de su carrera comercial.
Diego Peretti es uno de esos actores. Con un pasado como psiquiatra, a la par que desarrollaba sus estudios de actuación en talleres y cursos. Tras unos primeros pasos en el teatro y en el polémico unitario “Zona de riesgo” (1993), empezó a ser reconocido como “el Tarta” en la serie televisiva “Poliladron” (1995) y tras años de ser un actor de reparto, pasó a ser reconocido como protagonista gracias a su participación en otra serie que hizo historia en la pantalla chica nacional: “Los Simuladores” (2002).
Pero su paso a la pantalla grande fue paulatino. Primero se lo vio en roles de reparto en tanques con formato televisivo (como su participación en “Alma Mía”, de 1999, protagonizada por Araceli González y Pablo Echarri y participación vocal en la animada “Los Pintín”, de 2000); y en películas independientes como “Mala Época” (1999) y “Taxi un Encuentro” (2001, de Gabriela David).
Tras ese grupo de filmes, Peretti se quedó en la pantalla chica y en el teatro. Pero algo importante se iba cocinando, y cuando volvió a los cines argentinos, fue sentando las bases que cimentarían su carrera en años posteriores: el hombre común que, a la manera hitchcockiana, se ve envuelto en situaciones que lo superan. Pero no desde el thriller o el suspenso, sino desde el humor.
“No sos vos, soy yo”, ópera prima de Juan Taratuto, se estrenó el 28 de octubre del 2004. Era una comedia de relaciones de pareja, en la que lo acompañaba un grupo femenino muy atractivo: Soledad Villamil, Cecilia Dopazo y Eugenia Tobal. Pero todas las miradas se las llevó el protagonista masculino, y desde ese momento, su presencia en el cine nacional fue figurita repetida al enumerar los títulos más vistos de cada año.
“No sos vos soy yo” cerró su primera semana en cartel con 25.517 espectadores en unas veinte pantallas de estreno. El boca en boca, indispensable para las películas que no cuentan con enormes campañas publicitarias, fue excelente, y llevó a esta película a cerrar su recorrido en cines con 182.194 entradas vendidas.
Damian Szifron, el niño mimado de la ficción televisiva de principios de siglo XXI, empezó a desarrollar su segunda película (tras estrenar su ópera prima, “El fondo del mar”, en 2003) en inmejorables condiciones. Una de las compañías productoras más grandes del país detrás del proyecto (K&S Films), una major internacional a cargo de la distribución (Fox) y apoyo televisivo cortesía de Telefé. ¿La película en cuestión? Primero conocida como “La Hora de los Valientes”, llegó a los cines rebautizada como “Tiempo de Valientes”.
Esta comedia policial fue el vehículo que empezó a solidificar la carrera de Peretti como figura taquillera. Acompañado por Luis Luque, esta incursión argentina en el género de las buddy movies (películas de compañeros que no se toleran al principio pero que solucionan los problemas trabajando juntos) se convirtió en la comedia emblema del cine nacional del nuevo siglo. Sin llegar a los niveles de “Esperando la Carroza”, hoy “Tiempo de Valientes” es una de esas películas que uno puede recomendar sin dudar a la hora de mencionar comedias o películas nacionales dignas de ver más de una vez.
“Tiempo de Valientes” se estrenó el 29 de septiembre del 2005, y le tocó bailar con la más fea: se estrenó una semana después de “El Aura”, el tanque nacional de ese año, que marcaba la reunión de Fabián Bielinsky (director) y Ricardo Darín (actor) tras “Nueve Reinas”.
Peretti, Luque y Szifron superaron el desafió con creces, al quedar en segundo puesto pero con un excelente rendimiento: 69.546 personas en sus primeros siete días en cartel. El boca en boca fue fabuloso, y el filme de Szifron mantuvo el mismo nivel de ventas por seis semanas seguidas. Esto es imposible de conseguir, sea la película de la nacionalidad que sea, si no hay una recomendación fervorosa detrás por parte de la audiencia. Al final, “Tiempo de Valientes” cortó un total de 467.454 tickets.
El actor volvió a protagonizar, esta vez como cabeza indiscutida de cartel, en “¿Quién dijo que es fácil?”, segundo opus de Juan Taratuto. Con Carolina Peleretti de partenaire, Peretti interpretaba a un hombre que llevaba una vida ordenada pero vacía, que le arrienda una parte de su PH a una inquilina viajera y de mente muy abierta (y embarazada, como “pequeño” detalle) de la que termina enamorándose. Sin llegar a los niveles de disfrute de su opera prima (“No sos vos soy yo”), la película de Taratuto pegó de inmediato en la audiencia: 69.648 espectadores en su primera semana, y un fantástico rendimiento a largo plazo que llevó a “¿Quién dijo que es fácil?” hasta los 412.359 tickets cortados.
Con esta comedia, la figura de Peretti como actor taquillero se confirmaba y empezaría a aparecer en el radar de todo productor deseoso de realizar un filme de aspiraciones comerciales. Así es como su próxima aparición en la pantalla grande fue en una de las películas argentinas más ambiciosas de la última década y media.
“La Señal” fue un filme enorme (en presupuesto, magnitud y expectativas) llevado adelante por Ricardo Darín (quien se puso detrás de las cámaras por primera y, hasta ahora, única vez) tras la muerte del artífice original del proyecto, Eduardo Mignogna (autor a su vez de la novela en la que se basa). La figura de Peretti era lo suficientemente convocante a esa altura como para que su figura aparezca a la par de la de Darín, el protagonista de este filme noir de detectives ambientado a principios de los cincuentas.
“La Señal” llegó al público el 19 de septiembre de 2007, vendiendo 126.536 entradas en su primera semana. La película, sin embargo, no fue el crowd-pleaser que la gente esperaba (algo que también le sucedió a Darín con su protagónico anterior en “El Aura”) y terminó desinflándose con el correr de las semanas. La experiencia fue, de todas maneras, exitosa al cortar 357.505 localidades en toda su explotación comercial.
Nro | Film | Estreno | Distribuidora | Espectadores | Pantallas en su semana de estreno | Semanas | Ticket Promedio |
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1 | TIEMPO DE VALIENTES | 29/9/05 | FOX | 467.454 | 49 | 15 | $ 7,30 |
2 | ¿QUIÉN DIJO QUE ES FÁCIL? | 8/2/07 | P.PLANO | 412.359 | 42 | 14 | $ 9,51 |
3 | WAKOLDA | 19/9/13 | DCS | 402.843 | 74 | 12 | $ 33,40 |
4 | PAPELES EN EL VIENTO | 8/1/15 | DISNEY | 383.257 | 98 | 16 | $ 49,16 |
5 | LA SEÑAL | 13/9/07 | DISNEY | 357.505 | 65 | 12 | $ 9,65 |
6 | SIN HIJOS | 14/5/15 | DISNEY | 234.152 | 106 | 2 | $ 53,58 |
7 | MÚSICA EN ESPERA | 19/3/09 | DCA | 234.092 | 35 | 16 | $ 13,19 |
8 | NO SOS VOS SOY YO | 28/10/04 | P.PLANO | 182.194 | 20 | 10 | $ 17,99 |
9 | LA RECONSTRUCCIÓN | 28/3/13 | DISNEY | 98.778 | 42 | 11 | $ 32,36 |
10 | UN AMOR | 10/11/11 | DCA | 66.505 | 42 | 8 | $ 21,29 |
Totales: | 2.839.139 |
Un año y medio después, Peretti regresa a las huestes de la comedia romántica teniendo de compañera de elenco nada menos que a Natalia Oreiro, otro de los nombres ineludibles del cine argentino del siglo 21. “Música en Espera” fue muy bien recibida por la crítica, y era una comedia romántica con muchos guiños para el público cinéfilo. Una vez más, la de Peretti era la figura de un hombre en una situación que lo superaba en todo, pero a la que lograba sobreponerse (y triunfar).
Peretti se enfrenta a todas estas situaciones (que por lo general involucran a una mujer de carácter y presencia más fuerte que las de él) manteniendo siempre una cara que mezcla la congoja y el desahucio, como pensando constantemente: “¿por qué a mí?”. Pese a eso, sus personajes no claudican nunca en sus misiones de vida, sin importar lo complejas que parezcan.
A partir de “La Señal”, Peretti empieza a entrar y salir de los géneros. Por cada comedia llena de equívocos, le seguía un drama o filme de relaciones en los cuales la paleta de emociones del actor se expandía cada vez más.
Tras “Música en Espera” hubo un parate de dos años en sus experiencias cinematográficas. Cuando volvió a los cines, lo hizo con un agridulce drama romántico que marcó el debut en el cine de Elena Roger, quien en ese momento era más conocida en nuestro país por las alabanzas que recibía en el exterior por sus actuaciones en los musicales basados en las figuras de Eva Perón y Edith Piaf. Ese filme se llamó “Un Amor”, dirigido por Paula Hernández, y con Luis Ziembrowski acompañando a los antes mencionados.
“Un amor” fue la primera película industrial de Peretti en años que no se lanzaba con fuertes aspiraciones comerciales. Sin un canal de televisión ni figuras de renombre acompañándolo, Peretti y Roger fueron las cartas con las que se vendió el filme al público argentino en su estreno el 10 de noviembre de 2011. Pese a estrenarse en menos de treinta salas y en un mes frío para la taquilla como lo es el anteúltimo del año, “Un amor” atrajo a 26.025 personas en su primera semana en cartel. A largo plazo, sin embargo, no funcionó tan bien como sus otros títulos y esta película terminó su carrera comercial con 66.503 entradas vendidas. Lo que, de todas maneras, está muy bien para una película que se lanza por fuera de temporada y sin respaldo multimediático.
En 2012 regresa a la comedia con el que es, hasta ahora, su único fracaso comercial como protagonista desde el 2004. “Fuera de Juego” fue una co-producción argentino/española (en rigor, más española que argentina) en la que su personaje se involucraba en el mundo del fútbol al oficiar de representante de un jugador cachorro con mucha pasta (un “Chino” Darín que hacía sus primeros tiritos en la actuación).
“Fuera de Juego” debutó en cines el 14 de junio de 2012 cortando 25.956 localidades en sus primeros siete días en cartel. Pero así como los comentarios positivos llevaron a otros filmes suyos por el camino del éxito, en este caso el boca en boca fue lapidario y sus ventas cayeron un setenta por ciento en su segunda semana. En menos de cuatro semanas ya casi había salido de cartel, terminando su carrera en cines con 37.478 entradas vendidas.
El Peretti humorista se llamó a retiro por una temporada, y el actor dramático apareció con fuerza a lo largo del año siguiente. Ya sea en televisión con su rol de terapeuta en la serie “En Terapia”, como en sus protagónicos para la pantalla grande vistos en 2013.
“La Reconstrucción” lo juntó con Juan Taratuto por tercera vez, pero en un cambio de registro importante para el director que venía del mega-éxito de “Un novio para mi mujer”, del 2008. En este drama Peretti interpretaba a un personaje taciturno y solitario al que le llega una segunda oportunidad en la vida. La película, que bebe mucho del cine de ruta de Carlos Sorín (en especial de títulos como “Historias Mínimas” y “El Perro” pero sin su ternura y humanidad características y algo manipuladoras), tuvo un muy buen arranque en el fin de semana largo de Pascua del 2013 con 55.455 espectadores del jueves 28 de marzo al miércoles 03 de abril.
Pero el público no fue muy amable con este título, que cayó fuerte en las semanas siguientes. Al final, un total de 98.778 personas habían ido a los cines a ver “La Reconstrucción”.
Sus últimas tres películas habían rendido muy por debajo de las expectativas. Pero pocos meses después, el éxito golpea de nuevo a su puerta en la forma de “Wakolda”, uno de los dramas de mayor suceso en los últimos años.
Dirigida por Lucía Puenzo, “Wakolda” reúne a Peretti con Natalia Oreiro y con Elena Roger, interpretado al padre de una nena que queda en el radar de uno de los hombres más peligrosos de la Historia: el científico nazi Joseph Mengele.
“Wakolda” llegó a las salas argentinas el 19 de septiembre del 2013, y se convirtió en un suceso de esos que la gente recomendaba de forma vigorosa al salir del cine. Con 77.293 espectadores en su semana inicial, sus ventas aumentaron un treinta por ciento a la semana siguiente, para terminar, tras más de ocho semanas en cartel, con 402.882 entradas vendidas. Además de este éxito a nivel local, el filme de Lucía Puenzo es una de las producciones argentinas que mayor cantidad de ventas a nivel internacional ha tenido en la última década.
Tras este suceso, Peretti permaneció ausente en los cines argentinos a lo largo del 2014. Pero su regreso, en 2015, fue contundente tanto en cantidad como en calidad.
Estamos en mayo y ya es el actor más prolífico del año, con tres películas que lo cuentan como protagonista y una más que se sumaría en el último semestre del año.
“Papeles en el Viento” es su cuarta colaboración con Juan Taratuto, aunque esta vez como parte de un ensamble (grupo de actores que comparten el protagónico) en el que lo acompañan Pablo Rago, Pablo Echarri y Diego Torres. Paradójicamente, vuelve a interpretar a un personaje que debe meterse, de forma reluctante, en el mundo de los representantes de los jugadores de fútbol (como lo hizo en “Fuera de juego”) aunque, esta vez, con mejores resultados artísticos y comerciales. Lanzada como el tanque argentino del primer trimestre del año, “Papeles en el viento” arrancó muy fuerte con 158.047 personas en sus primeros siete días, para volver a vender por encima de las 120.000 localidades en su segunda semana. Pero después de ese increíble uno-dos en la taquilla, el rendimiento fue desinflándose para terminar con 383.257 espectadores, una cifra para nada desdeñable.
Lo volvemos a ver probándose el traje del drama en la intimista “Showroom”, dirigida por Fernando Molnar. Pese a tratarse de un filme pequeño, sin promoción televisiva ni gran difusión en medios, la película logra sostenerse y acaba de pasar los 20.000 espectadores. No es una gran cifra pero demuestra que el actor puede ponerse al hombro aún películas independientes y más cerradas en sus propuestas y aun así lograr que la gente concurra a las salas (todo siempre dentro de las posibilidades de la propuesta, por supuesto).
Y llegamos a mayo, cuando estrena el que probablemente se termine convirtiendo en el éxito más grande de su carrera desde los tiempos de “Tiempos de Valientes” (parece pero no, no hay redundancia en este caso ).
“Sin hijos” es la última comedia de Ariel Winograd, realizador de “Mi primera boda” (2011) y “Vino para robar” (2013), un hombre dedicado a hacer humor como Dios manda dentro del cine argentino industrial: o sea, productos comerciales y populares, pero sin que eso signifique sacrificar calidad y personalidad.
En este caso, Peretti interpreta a un hombre divorciado que vive para su demandante hija de ocho años, la luz de sus ojos. Cuando conoce al amor de su vida, se enfrenta a un problema en cuestión: la dama detesta a los niños de forma patológica. Así, el personaje armará y desarmará su vida según con cuál de estas dos mujeres pase el tiempo. Leído así la película podía encontrarse con un problema serio (¿cómo generar empatía con un hombre que, por una mujer, niega la existencia de su hija?). Eso no fue problema y la película resultó ser una de las comedias industriales más disfrutables del cine argentino reciente, contando con el visto bueno de la audiencia, que suele ser bastante dura para con los productos locales.
Pese a contar con la competencia de “Mad Max: Furia en el Camino”, “Sin hijos” tuvo un fantástico debut con 114.929 espectadores en sus primeros siete días. La comedia de Winograd viene muy bien recomendada por la audiencia, y aumentó sus ventas en la segunda semana, con un total de 119.150 tickets cortados de jueves a martes. Su total en trece días fue de 234.079.
En un ambiente tan volátil como el del cine argentino, nadie tiene la varita mágica para saber qué puede llegar a ser del agrado del público. Por eso, un poco de estabilidad no viene nunca mal. Y hoy, sabemos que en drama o en comedia (pero más aún en comedia), Diego Peretti es garantía de confianza. Y eso no es poco.